(Texto de sala de la exposición que se estará presentando en la Galería de Artes Plásticas de la Universidad Veracruzana del 26 de septiembre al 25 de octubre de 2013).
Durante el proceso de trabajo del proyecto La cabeza en los pies, surgieron una gran cantidad de personajes, a raíz del encuentro entre actores y Máscaras construidas por Jean-Marie Binoche, que hasta entonces habían permanecido guardadas en un sótano de su taller a lo largo de varios años. Sabiendo que la vida de los personajes sería efímera, pues las Máscaras debían regresar, tarde o temprano, a los baúles de dónde salieron, tuve la idea de invitar al fotógrafo Sebastian Kunold a realizar una amplia documentación gráfica de este encuentro, que comenzó en los talleres de actuación con Máscara y concluyó con la presentación del espectáculo-exposición teatralizada- Los jardines de la Máscara.
Según el maestro Binoche, un personaje con Máscara es una escultura y por lo tanto su momento de mayor fuerza es la inmovilidad, instante supremo donde fuerzas opuestas, pasado y futuro, se juntan y al hacerlo producen vida. Cada inmovilidad es un signo que cuenta una parte de la historia que vive el personaje y éste debe moverse pasando de una inmovilidad a otra.
El ser humano sólo puede habitar el presente,produciendo pasado mientras camina hacia el futuro. En el teatro de Máscara el presente se alarga, queda suspendido –atrapado-, precisamente cuando el personaje está en la inmovilidad.
La fotografía comparte con el teatro de Máscara el afán por encontrar y suspender en el tiempo momentos de inmovilidad cargados de sentido, sólo que en el caso de la fotografía –impresa- permanecen atrapados para siempre en el papel; en el teatro desaparecen casi inmediatamente, aunque a veces perduran durante mucho tiempo en la mente de algún espectador.
Las fotografías de la exposición son entonces momentos de inmovilidad en nuestro proceso de trabajo. Para lograrlas Sebastian tuvo que estar en las sesiones de taller, los ensayos y las presentaciones del espectáculo, atento para descubrir con mucha intuición y poder atrapar en el instante preciso, los momentos que podrían contar en el futuro la historia que estábamos viviendo.
Cuando el proyecto concluya las Máscaras volverán al lugar al que pertenecen, ¿los personajes volverán a vivir algún día? No lo sé. Mientras tanto lo único que tendremos –participantes y espectadores- serán estas fotografías y el recuerdo imborrable de la experiencia compartida.